lunes, 14 de septiembre de 2015

Habitué, 1.

Bueno, la idea está en el nombre. Un camino de diez cuadras bien conocido, donde suceden cosas, donde se sigue viviendo.





Salgo algo más tarde de lo normal, demasiado, por lo que esta vez decido implementar algo nuevo: caminar a un ritmo nuevo, algo rápido a mi parecer. Así fue que cual maratonista volví, notando a mitad de camino que mis piernas no dolían como era habitual (y habitual hace años, demasiados ya), pero que las sutilezas del paisaje, del camino, no me resultaron tan relevantes como siempre.

A dos cuadras decidí cronometrar mi progreso, tema de una mente en bardo (¿por qué no bordó también¿¿), solo para establecer números, verlos; poco más de dos minutos por cuadra a paso normal, que alguien al lado consideraría lento, pero es el que biológicamente tengo asignado, y uno y medio a la velocidad anteriormente comentada (podría demorarme solo diez minutos la vuelta a este paso).

El tema central, el siguiente: a sólo tres cuadras de destino, casi por sorpresa alcanzo a notar a la reencarnación suburbana del Syd Barrett del último tiempo —pelado y de cuarenta y más años—, pero en la vereda opuesta, lo que me obliga a cruzar. Al pasar cerca de él (1 metro) pude notar —escuchar— que cantaba algo de radiohead, por lo que la sonrisa cómplice me resulto involuntaria e inevitable; al notarlo, mi amigo Syd me dirigió su mejor cara de pocos amigos, por lo que surgió la idea de cronometrar el paso rápido y desaparecer de manera más eficaz, es que creo que lo que se está pensado en X momento (no intenté analizarlo, por las dudas; me caía bien además) se olvida de manera proporcional al olvido del motivo por parte de los sentidos del sujeto pensante.


En la vereda de mi casa nadie ni nada, como siempre. La llave entra a la tercera, ya se escucha un grito que clama por comensales; mi perra es la que más me espera y la más alegre por mi retorno, un auto choca en la esquina, puteadas, indiferencia, entro en mi casa, salen todos los que estaban adentro a ver, mi cama, recién ahí llega el cansancio.





-Y es que en algún momento debería tomar forma, rutina autoimpuesta, por ahora, solo ruido. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario