sábado, 27 de junio de 2015

Monólogopolismo. 2/21

Técnicamente es otro día, pero no nos importa.


Destruido, enajenado, influido por terceros, segundos, lo que sea.


-cántame bellas canciones, bellas cosas y no me digas eso que temo.

Me morí, sí, otra vez vuelvo a caer en eso; otra vez vuelvo a jugar en los límites y me caigo en el agujero, es increíble. Vuelvo a caer en normal, sentimental, todo eso que en realidad odio, para volver a cometer algún error peor, ahora justificado. Para dar sabor, un toque.

viernes, 26 de junio de 2015

Crónicas de un cuerdo. 1/21

Hoy hablemos de destrucción por uno mismo. Y será un monólogo, por como pinta nomás.

-mi mente gobierna mis actos, pero, principalmente, gobierna mis anhelos, temores y mis muertes.


Soy adicto a destruirme. Noto un cierto fanatismo en caer en pensamientos obstructores de lo que deseo, sea una vaca o un queso. Al personaje ficticio del futuro mio siempre le ocurren los mayores agravios.

Cinco minutos (largos, en serio) me tomó darme cuenta de que la destrucción parte de cierto egoísmo material con el anhelo (o lo que sea) ese, que nos carcome el alma hasta salir al exterior en forma de movimientos extraños con las manos. Quema, es neurótico, es pánico, es dolor.



-un meteoro gigante cae en una luna marciana; quizás hoy, quizás mañana, pueda salvar a aquella que no es lo que soy yo, lo que más puedo querer en presente y pasado, la moneda que vale felicidad.



En estos pensamientos es donde entra en juego la "energía de vida" de cada uno, lo que nos salva siempre de la muerte. Digamos, ¿qué es lo que impulsa a vivir a las personas? Porque considero que hay momentos, etapas donde ni vale la pena vivir. Ejemplo, la soledad: hay que ser demasiado poco humano para tener ganas de vivir y afrontarla, y estoy hablando de esos que nunca buscan solución (uy, salud che) y siguen aún rodando por ahí. Es increíble, de en serio.
Sin ir más lejos, para qué seguir viviendo, yo, si aún ni sé un 12% de lo que quiero de acá a dos años —por momentos amo racionalizar donde no se debe— y ya no siento nada, o no debería. Ahí está lo que nos mantiene vivos, algo genético, nuestra conexión más grande con el resto de los animales.


-pasadas las doces, la mente duerme lentamente. El trance se hace placentero y solo esperas la hora para volar y manipular todo lo que quieras; el mundo va a ser tuyo, no hay necesidad de ceder el control a droga alguna porque ahora el control lo tenés vos.


Finalmente, llegué a una pseudoconclusión: vivimos en base a ilusiones, tanto de las tangibles como de las que definitivamente no.

miércoles, 24 de junio de 2015

Estudio y carreras

Creo que voy a convertir esto en algo habitué, para entrar en ritmo, y lo dejaré en manos de Julito Ardonez, nuevo en el blog. Parece prometedor.






Un 24 de junio, fecha extraña, pero no, sin detalles (nada más por la hora). Hablemos de carreras.

Quizás sea el tema más importante para un adolescente, para alguien que termina el secundario, a qué dedicar toda su vida? Qué es lo que menos odias y que podrías llegar a hacer hasta esa edad en la que sos desechable? Igual, si lo amas es mejor, digo, puede ser más llevadero y capaz llegás a algo importante.
En estos temas de carreras, las artes parecen ser tabú; bueno, es que solo uno de cuarenta la pega y el resto vive en la nada, riesgos de oficio. Pero hablando seriamente, pasa que hay cierto "fanatismo" por el lugar que puede llegar a ocupar uno en el sistema, el lugar que el sistema te puede ceder; acá el arte ocupa el mero lugar de opio de masas —y opio de pocos, en el caso del arte pintura— y solo unos pocos sirven ahí para servir a otros, el altruismo máximo aspirable acá, al parecer.

No puedo estar en contra de estudiar algo y que te guste, pero tener la necesidad de vivir de eso toda tu vida es algo que no puedo apoyar ni en los tópicos que amo y que (supongo) estudiaré formalmente en adelante. Quizás debería haber licencias de trabajo para estudiar otra cosa, ampliar; dejar que uno cambie si quiere, dar libertad, porque si bien en la mayoría de los casos hay libertad de elección en las carreras, esa libertad se convierte en el que reprime conforme pasa el tiempo. Si hay algo de lo que estoy seguro es que no voy a amar, o por lo menos con la misma intensidad, lo que amo ahora mismo en diez, veinte años; por eso, intenten algo che! Ustedes siempre salen con ideas salvadoras.


Siguiéndome a mí mismo, quiero acotar que el crítico que solo se ocupa de criticar, sin solución alguna, es lo que está bien. Mantengamos la falsa objetividad cínica, da gusto leer una defenestración sin solución alguna a los problemas planteados.





-sí, escribo por necesidad nada más señores.            -Julito Ordonez Diaz, 24/06/2015 // 11:07 p.m.

domingo, 21 de junio de 2015

Castigo de pocos.

No veo, o capaz sí, pero está todo oscuro acá. Horas, días, desconozco el tiempo que pudo haber pasado. En este intervalo he podido notar lo precario de mi situación: no puedo moverme, o no siento que pueda hacerlo, estoy en una oscuridad siquiera imaginable y no sé, simplemente no sé. Bueno sí, hay algunos indicios de que esa cosa está bajando y viene a por mí.
Qué es la cosa, ustedes dirán, pues no lo sé tampoco; apenas puedo atinar saber a que viene por mí. Viene bajando, desde arriba, desde esa oscuridad que es más oscura que esta misma de acá.
Incluso a veces creo escucharlo, se siente el ruido de sus herramientas pegando en las lejanas paredes, acercándose. Luego hay periodos de paz, de un silencio tal que te perfora los oídos, se te mete en la cabeza; quieren que me vuelva loco? acaso eso quieren nada más? Y otra vez, otra vez vuelve a aparecer el verdugo a lo lejos, un sonido que se acerca cada vez más, es tangible, es pánico, es miedo.
Quizás, sí, ya estoy cansado de esperar, pero tampoco quiero que él llegue. Quizás me traiga más oscuridad, pero no hay diferencia.

Y si estoy loco? Es probable que me haya construido todo esto, pero, acaso podría yo realizarme este planteamiento mientras estoy en esta profunda oscuridad irreal?  He pasado por otras jugadas en falso de mi mente y no se sienten así. Y no, es que ahí aparece! Qué he hecho para semejante tortura? Se acerca, ahora más rápido. Creo que veo un ser encapuchado! Dios, son dos! Tres! Cuatro! Ay, mi querido señor, qué he hecho yo? No quiero siquiera abrir más los ojos, no quiero verle la cara a mis verdugos, no quiero escucharlos, solo quiero bloquearme, bloquearme hasta el momento.

Ahora bajan por las paredes del techo, me es imposible apartar la mirada de ellos, de escuchar el ruido. Es que lo hacen apropósito! Ahora vienen más lento! Seres malévolos, verdugos de los que el dolor han llevado a otros, me manipulan; manejan y se ríen de mi miedo, del terror que carcome cada parte de mi cuerpo. Máscaras horribles llevan! Óxido en sus cuerpos, oscuridad en sus expresiones, quieren llevarme de una vez? Perdonen a esta infeliz alma, déjenla llegar a su lugar de castigo en paz.
Esos niños tenías voces muy agudas y molestas! Solo fue un poco de diversión, nada más! Puedo arrepentirme de ella toda mi infinita existencia en aquél lugar, lo único que pido es ir ya. Algo de piedad, no se queden parados enfrente mio! Horribles creaciones! Inmorfas sus caras ahora reveladas, gastadas de uso sus ropas de trabajo. Quietos ahí, mirándome indiferentes, mientras yo no puedo hacer nada, aunque en realidad no estoy atado, soy libre de movimientos, siempre lo fui en realidad, pero no puedo; quieto en shock estoy, el terror absoluto es el que rige mi cuerpo y este es el que impide reacción alguna. Quieto boca arriba espero una completa eternidad mi destino, el anhelo del ser supremo que controla a mis verdugos. Espero y espero, y sigo esperando aún. Seguro que aquél cálido lugar ha de ser mejor; ojalá pudiera mover siquiera un músculo y emprender el camino hacia allí, pero se ven demasiado filosas.

monólogo.

Un día de festejos, claro, pero qué puedo festejar yo? Digo, estoy vivo, existo — o eso parece — y todo pinta normal. Bueno, es que lo que anhelo no es que quiere mi ser, en realidad; no poder darle un abrazo a tu viejo en estos días que ustedes crearon duele, aunque al menos te lleva a pensar cosas interesantes.

Soy un pibe normal, o algo de eso; tengo conflictos más grandes de los que puedo expresar con palabras, incluso con mi mente, pero están ahí, escondidos a primera vista. Al parecer en mi cae el peso del universo, un peso homónimo, que llevo con completa indiferencia; cuesta preocuparse por algo, por mí. Quisiera que algo me importara lo suficiente, o mínimo que me hiciera intentar moverme.

Siete y veinticinco de la tarde, espero que un haz me ilumine y le ponga letra a un par de acordes. Mi perra, al lado, transita un sueño interesante. Siento la mirada de cada ser de mi pared en mí, agobiante. Ropa tirada, matemática de la buena, música, todo completamente enajenado; mas (todo un escritor, puro esnobismo) que si por mi fuera estaría tirado en el pasto contando hojas, pero, como ustedes, estoy atado también y tampoco sé a qué. Divagaciones, en fin, malgasto una tarde de mi vida; pienso en cosas que son propias, y no, dejando pie al haz ese misterioso de la inspiración lírica.

Hoy el sentimiento es por la falta de contacto con aquél que tanto quiero, que me dio vida y que supo ocupar lugar en mis sentimientos a base de preocupación y afecto, tangible. Todo este bardo por el día del padre, una tremenda pija para algunos, catástrofe para otros más desafortunados. En mi caso, es solamente a la primera.





En otros tópicos, hace mucho que enrique no anda por acá, así que tomaré su lugar por un tiempo; anda de licencia según me cuentan.

No pego dos ideas ni dormido, capaz es solo por leves factores externos normales para ustedes pero anómalos en mí. El ídolo mundial este es indomable al menos, un gigante, un genio, único e inigualable. A partir de eso, vivo.



No, no hay mucho sentido que darle, y nada de lo digo es verdad, en serio.

viernes, 5 de junio de 2015

blus de la caja

Mirando una caja boba, que me lleva a no hacer nada. Quizás esa caja, no dice nada.
No dice nada, no dice nada.

Viendo personas perversas riendo, y yo me río. Quizás ya ni sé, el motivo.
Pero es que me da abrigo.

Alguien anda hablando, conmigo, y yo no quiero. Es que no escucho nada, es lo mismo apagada.
Dejá a mi caja, dajala hablar.



Unos pibes encerrados, un tonto hablando y dejando bailar. Pero ya no bailan, quieren algo más.
En esta caja, todos quieren más.

La caja me cuenta cosas, dice que pablo la anda insultando. ¡Tonto Pablo! Solo te querés hacer importar.
Te tengo odio, la caja dice que vos estás mal.
Gran caja, en vos sí puedo fiar.