Intransigencia de aposentos y todo lo fonéticamente hermoso, en un primer momento; luego transformado en algo que no se sabe qué es, como todo. Finalizado en 2023.
domingo, 31 de diciembre de 2017
Pensé en escribir
y relatar mi funeral
pensé en escribir sobre mi pecho
y comentar sobre puñales
pensé en escribir sobre los dilemas de la carne
y dejé de pensar en escribir.
miércoles, 27 de diciembre de 2017
cómo
Sacarte de la mente
sábado, 23 de diciembre de 2017
Soy 1/9
porque mi código dedicado al miedo es largo
y mis pensamientos racionales siempre pesimistas
soy un autómata espectador
que guarda sus conjeturas para sí
y expone sus tesis solo en su psiquis
soy animal a engranajes
que la humedad fue oxidando
ahora mis pasos rechinan
y camino algo torcido
soy ansia artificial
de sentimientos clínicos
buscando comprensión
frente a creadores impasivos.
jueves, 14 de diciembre de 2017
Ayer me crucé con un coso
así masomenos de grande
caminando en tres patas
tenía una cosa en el costado
Por arriba le salía como otro coso
que brillaba cual papel glacé
y no pude evitar
bañarlo a él en brillantina
Ayer me crucé con un coso
y le pegué la pata faltante
mientras la cosa del costado
miraba pensante
Por arriba le salía como otro coso
que parecía de latón
sin siquiera mediar palabra
me golpeó en la frente
Ahora tengo un coso
que no entiendo demasiado
y la cosa del pecho
deja de ser cosa para ser carne.
Él hombre del ego
pero con el material suficiente como para una semana.
Hablan de que Él que no tiene sentimientos
pero en verdad sí los tiene, aunque sea un farsante
tan descarado es Él que se miente a sí mismo
para dotarse de inspiración, eso dice.
Hoy volvió a casa con la cabeza baja
empecinado en las lineas de las baldosas
y en no pisar ninguna intersección con los zapatos
—si no toco ninguna, es que me ama
piensa para sí mientras el auto parece estar a kilómetros
Hoy volvió a casa dispuesto a seguir tomando
hasta que salga el sol, hasta que pase el del diario
hasta que sea noche y sea día de nuevo
fumando mucho para morirse un rato antes
Hoy volvió a casa con la libreta llena
hablando de amor, aunque no sea verdadero
Él lo siente, lo sufre y hasta llega a disfrutar
porque así lo que dirá luego será más carne y menos palabra
Hoy volvió dispuesto a baldear la casa
a desplomarse sobre la cama imaginando la tuya
pensando en dibujar círculos con el dedo índice en tu pelo
hasta que digas que suficiente por hoy y te acomodes sobre Él
y de repente uno no note el paso de la noche al día
de los autos lejanos y pájaros murciélagos
al gato pidiendo entrar a la habitación y los zorzales
Él dormirá hoy con almohadas sobre el pecho
pensando en lo que hizo mal, en por qué no es suficiente
no dándose cuenta de que vos sos otro instrumento suyo
porque mañana volverás a ser lo que eras antes
—amiga o desconocida, querida u odiada
sin que Él siquiera lo note, y seguro que vos tampoco
todo esto sólo es un cerebro aprovechándose de la zona torácica.
sábado, 9 de diciembre de 2017
Agarro el martillo y un clavo
martes, 5 de diciembre de 2017
Quiero un amor de verano
Habrá de serlo
siento que algo de dentro podría irse, por lo que mantengo boca cerrada
mientras pienso en apretar la cabeza contra la pared
desolado
hombre de órganos sensibles habré de ser
hombre de labios resecos y dientes gastados
piensa en cortar comida con una cuchilla
mis ojos como rocas, toda su humedad se convertirá en cristal
nunca más pestañaré, porque ni siquiera así caen gotas de mis ojos
tenga la espada ensangrentada en la mano o el corazón latiendo en la garganta
pregunta
no entiendo cómo hago para sonar tan convincente
porque hoy te mentí descaradamente al dejarte en tu casa y no dudaste
siempre me crees, todos me creen aunque les mienta sin cansancio
redundancia
muchas veces quiero ser descubierto en la mentira
pero incluso cuando doy pasos en falso nadie se percata
porque deben seguir pensando en mi sonrisa y los ojuelos
junto a mi indiferencia ostensible hacía lo que me rodea
y un pie por fuera del camino se le perdona a cualquiera
aunque sea deliberado e incompresible a los días es tema olvidado
¿no es la solución correcta entonces lo que hago?
¿para qué evidenciar lo que puede ser fingido?
tangible
los órganos comprimidos desde hace meses en la region torácica,
todos ahora cumpliendo la función de la respiración
pero el aire no es lo que sobra por acá dentro
digo mientras espero largo rato por los aspersores
largo rato en el pasto pero nunca el suficiente
y tengo miedo de hablar con el jardinero
tengo miedo de hablar con cualquiera
dos
dos yo
uno es cuchillos de plástico
y la reflexión por demás
el otro falseo compulsivo.
esto lo reflexiono ahora
porque en pocas horas estaré apretando la sonrisa
otra vez camuflado
pateando todo para más adelante.
a veces exploto y las excusas no alcanzan
a veces exploto, pero nunca lo suficiente.
lunes, 20 de noviembre de 2017
Ayer, hoy.
mientras ayer nunca sería hipertenso
ayer no fumaba
y hoy es presupuesto
hoy amanecí pensando en los días siguientes
y hoy me acuesto con el reloj lleno de hormigas
ayer amanecí sin rabia
ayer me acosté indiferente
me estiré para acomodarme los huesos (ayer)
me comprimo bajo mi propia carne (hoy)
ayer fui nada
hoy consciente.
No puedo competir
si lo mío es conocido
lo suyo es pregunta
no puedo competir
lo mío cotidiano
lo suyo aventura
apego,
libertad.
no sirvo para competir
si siempre hablo antes
de pensar si debo decirlo o no
si siempre acciono antes
de pensar en mi pose
si respiro siempre pensando en respirar.
viernes, 10 de noviembre de 2017
Pala ancha
hasta que crezca pasto.
jueves, 19 de octubre de 2017
La periferia
hablamos un lenguaje que no es de todos
somos gente respetada
porque ponemos carne a los delirios de la mente
somos los que no nos perdemos tras una pantalla
somos la desnudez en pleno invierno
atemporales de una tierra extraña
vagando en base a perfumes silvestres
por algunos somos odiados porque la función del enojo la perdimos
y al amor lo dejamos hace tiempo del lado de en frente
somos los necesitados
somos el fuego de tus venas
que nunca sabrás cómo apagar
somos ermitaños de asfalto
unidos por un ramal imaginario
muchas veces somos lo infravalorado
los que se encuentran debajo una piedra
como esos bichos horrendos
colonos solitarios de la oscuridad
bichos de órganos plateados
mirando el techo todo el tiempo
y empecinados en lo místico
bichos siempre de actividad nocturna
con gusto a lúpulo
usando solo lo necesario para la supervivencia
quizás un poco de viento
nunca demasiado
algo de canela
nunca demasiada
pedazos de hilos
nunca los suficientes
siendo fuego por dentro
pero congelando al contacto
de mis párpados siempre cae nieve
nunca agua
(quisiera que lloviera)
soy huracán en vacaciones
soy enano de otoño
soy mucho más que yo mismo
parte de los que no conozco.
martes, 17 de octubre de 2017
Crisálida nunca mariposa
y supieron enseñarme a ser pregunta
cuando yo siempre había querido ser razón
otro día me contó su naturaleza de intrusa
(¿ni siquiera su nivel de intensidad, ramiro?)
fue pregunta continúa siempre continúa
pregunta sin contenido con carácter de fruto
una noche me expulsó y preso de odio me fui a otra isla
el humo fue rotando con el tiempo
—donde la pregunta es implícita—
y nadie puede verme mientras lustro mi amuleto
viernes, 29 de septiembre de 2017
Hablemos de un ser
que por cerebro lleva músculos
y que su razón es el odio.
habita en cuevas oscuras
en lugares no visitados
alimentando sus impulsos.
hace un tiempo intenté buscarlo
pero él adelantó cada paso mío
y escondió su rastro de resina
frustrado, tuve que volver a casa
Ayer lo vi andar por mi patio
sintiéndose cómodo en mi ombú
y secando mis mandarinas
también se llevó a mi gato
salgo armado
debo darle caza
por la noche rompió mi auto
y trajo a su amigo, el enano
que no para de pincharme
el enano es astuto
y su punzón afilado
obstinado todo el día
al arte de la provocación
El ser habita en lugares no visitados
y de su boca cae espuma
él merodea mi casa
y sigue invitando amigos.
lunes, 18 de septiembre de 2017
Desgarrado
inútil intento
abrir los brazos
para recoger los pedazos
de uno mismo
desgarrados por cuchilla mal afilada
me puse una remera gruesa
para intentar tapar lo que antes era pecho
y hoy es aire y vista de lado a lado
alejo a los que visten de consuelo
porque una mano tranquilizadora
puede toparse con mi cavidad de aire
y de ahí espantarse o conocerme
amigo consuelo
amigo tranquilizador
no quiero que me conozcan
no quiero conocer ya a nadie
en mis ojos solo puedo ver a mi extirpado corazón
latiendo en vano sobre alguna mesada de cocina
abandonada y desecha, como yo
bombeando sangre oscura en vano.
¿cuáles son los pasos a seguir?
imposible ver algo entre tanto rojo
rojo sangre también me visto
rojo sangre también siento.
de joven, llamaba a estos sucesos muertes metafísicas
decía que tenían propiedades cuantitativas
cada una llevaba al encierro en uno mismo
y a la autoreflexión que trae en sí
una parte de autodestrucción
Cuando terminaba el proceso,
Juan salía más frío, seco,
indiferente perfecto hacia el alrededor
cada muerte se podía sumar a otras anteriores
cada muerte tenía efectos peores que las anteriores
evito pensar por cuántas he pasado.
ese planteamiento trae algo de paz
como físico que tiene ecuación para un movimiento
aunque este sea la desviación de una bala
que va a terminar directamente en su estómago
escribir lo de dentro
trae algo de paz
aunque anote que estoy malherido
y no sepa qué es tinta y qué sangre
mañana saldré a caminar
sin más que un abrigo
buscando un lugar
que ya no sea rojo
ni atienda a despechados.
domingo, 3 de septiembre de 2017
Ayer planté un árbol
tomé la pala, cavé
aproximadamente un sexto de mi tumba
mientras pensaba en plantar otros
le agregué tierra
tierra que compré
porque es mejor que la mía
eso dice la bolsa
hoy lo regué
cayeron delicadas gotas
por sus pequeñas espinas
que crecerán fuertes
mi árbol nunca será verde
ni tampoco frondoso
como el de mi vecino
ombú fuerte y bello
él se irá secando
tornándose gris anempático
receloso ya desde su pose
que invita a no acercarse
ayer planté un árbol
en la puerta de mi casa.
lunes, 28 de agosto de 2017
Anotaciones de viajero romántico: Parte 1, la presentación
El viento fresco
la montaña
El plano secuencia que arranca
con subirse al auto
y pasar de la ciudad
al cielo de estrellas imposibles
viendo correr paisajes
distintos en extremo entre sí
Viajar muchos kilómetros
muchísimos
pero siempre solo
Teniendo de fondo la radio de pueblo
cantando alto con los bee gees
—gritando alto—
escuchando el disco que me pasaste
Imagino ahora el mismo viaje
en tu compañía
tomando mate dulce
—a la única que acepto—
comprando en el minisuper de esa Shell
un sánguche gigante y horrible
que partido a la mitad será merienda
Salir a la ruta bien temprano
pasando primero por una panadería de pueblo
Parando sólo donde nos guste la sombra
mirá qué lindo aquél árbol
y me obligarás a frenar
Que la gente diga
al vernos pasar de la mano
—porque ese día estaré romántico—
que no todo está perdido
mientras nos sonríen al levantar la vista
Así nos aprovecharemos
para pedir indicaciones
sobre cómo agarrar esa ruta
eje de acción de bailarina
sobre el vértigo de aquellas montañas
A otros les contaremos
que viajamos sin rumbo
hace seis años cumplidos el mes pasado
mientras vos te aguantás la risa
Contar que viajamos porque esa es la razón
viajar para llegar a ningún lado
viajar, ver la sombra, detenerse, volver a arrancar.
Ayer recibí el llamado
debería de volver,
o de llegar.
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
dolor, culpa, preocupación
cierro los ojos
dolor, culpa, todo oscuro
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Pero hoy llegó un mensaje tuyo
vayamos bien lejos
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Aunque tu casa es lejos
—tan lejos como ahora lo es la mía—
confío tardar menos en la vuelta.
así ando largo rato
y descanso rato poco
Cada tanto, en el medio de la monotomía
de ruta del norte bajo sol de primavera
metido entre unas montañas de no sé qué
freno en la banquina para dar vueltas al auto
otras veces sólo a ver el vuelo de los pájaros
o simplemente me quedo escribiendo un poco
—poco escribe el que poco vive—
—caramelo de distracción para continuar viaje
me digo, sentado en la reposera
que siempre está guardada
en el asiento del acompañante.
sufriendo rato largo
porque analizo poco rato.
domingo, 27 de agosto de 2017
Pequeño e ingenuo manifiesto: Un escritor
Soy fiel creyente de que el escritor —bueno, malo, profesional o no, que de aquello o simplemente lo hace por nece(si)dad— que no siente las cosas que describe, que cuenta, no puede reflejar fielmente la realidad que intenta plasmar. Si no las vive, si no las sufre; por algo buena cantidad de grandes escritores viven poco, cansados de todas las andanzas que el alma y la mente tuvieron a través de los años.
Es por ello que intento plantar en mí la semilla de dolores, de pasiones, amores, odios; vivir un tiempo bajo el peso del personaje, y no importa si mi lenguaje es insuficiente (que lo es bastante), porque lo que diré, lo que escribiré, lo estaré sintiendo y eso ya alcanza para dar una pincelada, sin importar cuán exacta y precisa sea.
martes, 22 de agosto de 2017
Cuento ovejas
vida
descarada
imperfecta
realmente insoportable
cuento ovejas
sublimar
sitar taciturno
cuento ovejas
no hay sentido
¿por qué no hay sentido?
no cuento más
sitar agresivo
qué sufrimiento
el del perfeccionista
porque nada tiene sentido acá
debería escribir mejor mi novela
o capaz ya la escribí
y no me atrevo a interpretar mi papel.
cuento ovejas
oscuro
muy oscuro
una reposera
está algo chueca
también oxidada
qué linda la reposera
la luna
me hice un garage
debe haber más reposeras dentro
la tierra
brillo de una pantalla
veo la hora
vuelvo
otra vez oscuro
la luna
un cráter
se puso todo violeta
estoy en el fondo
los bordes oscuros
cielo entre violeta y verde
¿una prisión?
revolver sigue de fondo
odio a Ringo
veo la hora
cuento ovejas.
lunes, 14 de agosto de 2017
Incinerar
Me desperté intentando proponerme el amor,
lunes, 31 de julio de 2017
Me gusta estar ebrio
domingo, 9 de julio de 2017
Hoy es la noche, parte 2
a ustedes llamo porque hoy es la noche
la noche de la definición
cuando la claridad reina
y la incertidumbre calla.
la noche de la palabra
donde el mundo es sordo
ya no existe migraña
y quedar sobrio no es logro
nuestra noche secreta
donde el susurro da lugar
al aliento en las orejas
y a las interferencias sobre las sábanas
tu noche amada
porque ya conocés qué decir y cuándo
ya sabés la respuesta
ya sabés el futuro,
y es bueno.
mi noche eterna
cuando la sed abruma
y bailo enmascarado
pero mi máscara siquiera me gusta
la noche de la repetición,
porque lo dicho ya lo dije
lo nuevo ya lo he intentado
y amar ya he amado.
la noche de equivocarse
de hablar de uno siempre en pasado
de confundir a Belén con Claudia
y olvidarse de que se está casado
la noche del derrumbe
porque se cayó el salero
y no le di su importancia
aunque sea hipertenso.
limpio la mesa para no derrumbarme
dejo de escribir para no derrumbarme
lavo los platos para no derrumbarme
siempre estoy frío para no derrumbarme.
lunes, 12 de junio de 2017
CAPÍTULO RELIGIOSO, PARTE 1
viernes, 9 de junio de 2017
El cariño.
que soy distante
frío y distante;
indiferente.
que tiendo a rechazar el cariño
de manera bastante completa,
redonda.
hay afecto dirigido hacia mí
y no sé qué hacer,
realmente no lo sé
no sé dónde debo poner la mano
cómo acariciarte el pelo
dónde colocar mi cuello
¿debo decir algo?
¿un yo también?
no,
no soy indiferente
soy tonto
soy tonto al cariño
parecido a una roca
a una almohada
relativamente blanda por fuera
(inmóvil)
eso es lo que soy para el cariño
(inmóvil)
soy solo un reposo
almaceno afecto
me dejo usar
me considero altruista.
entra bastante al parecer
porque aún nada rebalsó.
lunes, 5 de junio de 2017
ASOMARSE
me asomo y justo no hay nadie.
viernes, 2 de junio de 2017
Hoy es la noche, parte 1
A Michelle: Hoy es la noche.
Y si dependiera sólo de lo que hoy escriba o no?
Hoy es la noche y yo ni siquiera estoy bien vestido, siquiera tengo ganas de hacer algo, siquiera el tiempo. Pero es hoy y no importa ya nada más, si estoy peinado o no, si la música acompañará, si soy buena persona. Veo venir el vacío, asomarse, y ayer noté que uno de mis discos está al revés, no me tengo demasiada fé y siempre me caractericé por ser fatalista; aunque hoy mi catástrofe sería que la noche no la fuera.
El pecho no está preparado para lo de hoy, duele y ni siquiera es la hora, siento pena por él. Los ojos empiezan a pesar, la mirada cae al piso, cae porque el cuello ya no aguanta tampoco la presión. Qué se va hacer che, me digo mientras pienso que en realidad todo es culpa mía, obviamente, como cada cosa que va a pasar esta noche.
¿Habré dicho las palabras correctas?
No lo creo.
Conté desencuentros como estos cual monedas,
le recé a dioses en los que nadie cree
llegué a la conclusión de todos, la maldición
hoy la desmiento.
Bah, ¿cuál es el desmentido acá?
¿Soy yo una mentira? Sí, lo soy
Pero yendo más allá,
¿lo que dicta mi pecho es una mentira?
¿siento cosas? ¿amo a otros seres?
¿Realmente sentís todas estas cosas o solo sos vos preocupándote por no caer en la lupa de vos mismo?
Quién podría predecir que esto iba a ir para esos lados, no eran mis expectativas con la noche que cada vez se acerca más, y que se hace fuerte en mi carne mientras escribo esto, porque el pecho vuelve a doler y vuelve a pesar el cuerpo, recordando todo lo que posiblemente suceda en un futuro próximo.
Me miré al espejo y vi mis ojos inexpresivos, vacíos, bien metidos dentro de sus respectivas cuencas, la barba de varios días, los labios resecos; qué nos pasó. Y si en verdad no importa qué tanto me desarme en letras, qué tanto desparrame pedazos de mí, qué tanto ponga el pecho sobre el teclado, si escribo lo mejor de mi vida hoy? Si la noche acaba de asomarse y parece estar escrita ya.
-
Puse "la noche" en Spotify y dejé sonando lo que salió; todos los ritmos son bastante alegres, debo estar mal yo nomás. Incluso Calamaro está bastante alegre hoy, es un complot, decidido.
¿Todo esto pasó porque no te regalé el disco de Almendra?
Siempre me olvido de pasar por la disquería, si ya los llamé y me dijeron que lo tienen. Capaz es solo porque cuando la cosa da para más siempre me escapo, ingeniosamente, eso no se puede negar, pero me escapo al fin y me llena bien adentro el ver tus ojos delatando tu jugada y saber que vos no podés ver la mía; verte desnuda frente a mí mientras lo único que atino a hacer es a agarrar el abrigo. Un saco, la campera, y si estás en casa pongo música para que no hablemos sobre los temas ásperos (qué vamos a hacer con nosotros) a la espera de ver caer tus ojos, como ahora lo hacen los míos sobre las letras, de ver cómo lentamente el cuello no puede más y cae sobre la almohada, hasta que repentinamente llega una extraña energía extra que te hace levantarte a preparar un té.
Me llenan esas cosas, porque me siento fuerte en mi debilidad. Pude verte desde lo alto, de manera juzgadora, y sabía que tarde o temprano iba a llegar una noche, esta noche, la que decide el futuro de todos nosotros, y que mis acciones iban a sumar siempre negativamente y que como resultado final daría que soy una mierda de persona, un hombre que se aprovecha por conveniencia de sus gustos y que se niega a aceptar a algo o alguien que no sea él mismo.
¿Cómo vas a hacer para dormir hoy?
Ya te habrás encontrado con él. El restaurante, los mozos, él seguro estará mejor vestido que yo, hablará mejor, tendrá la barba prolija, será más alto, jugará bien algún deporte, aparentará mucho mejor que yo. Vos me dirás qué tal mañana, pero yo ya habré sufrido la noche que decide todas las noches en soledad, al lado de la estufa que no llega a calentar nunca lo suficientemente el pecho, pensando todo lo mal que hice y en como después de esta noche nunca podré continuar igual porque hoy es inevitable todo, sea el resultado final una catástrofe como si no lo fuera.
sábado, 27 de mayo de 2017
El cuerpo, la mente y la música: 1, Kamikaze.
Qué cosa rara eso que nos pasa cuando escuchamos música, esa que verdaderamente es la que sentimos en el alma, la que nos obliga a cerrar los ojos y a mover la cabeza con una expresión de dolor en el rostro. Porque nos toca, nos pega, choca tanto que duele.
KAMIKAZE.
Hoy les voy a hablar de aquél gran disco que es kamikaze, del gran señor Luis Alberto Spinetta. Lo habré escuchado por primera vez hará unos tres o cuatro años, en la etapa de adolescencia donde descubrimos la música de Luis que pasamos la mayoría de nosotros, esas primeras escuchas a Artaud, El jardín de los presentes, pero de ellos supongo que hablaré más adelante. Solo sé que me bastó una escucha para darme cuenta de la magnitud del disco y dejarlo guardado en el espacio de mi mente que ocupan los que yo llamo indispensables.
Luis Alberto Spinetta, KAMIKAZE. Moviendo la cabeza para leerlo porque está en diagonal el rótulo; reproducir.
Arranca de imprevisto. Sin previo aviso, de un sobresalto Luis nos cuenta sobre este kamikaze, que le está dando razón a su sangre. Una guitarra, nada más; kamikaze no lo hagas, no caigas, yo sufro por él. Se dio cuenta de su error, pero ya es irreparable. Me hubiera gustado alguna reflexión más, pero me parece bastante contundente, morir así es en vano. El final es el clima propicio para ella también.
Otra vez de imprevisto, pero ya desarma desde la primer palabra. Cerrás los ojos, él cantandote por un lado y en el otro seguís más al piano, que lo sentís haciendo cosquillas en la mejilla. Siento la canción en mi carne, pienso en toda mujer por la que supe tener interés romántico, siquiera eso, cualquier tipo de interés; pienso en mi cama, en que sería mejor dormir acompañado hoy, pero después de que a Luis lo vayan a dormir esos pensamientos quedan ahí.
Ese ritmo si me gusta, ¿cómo no moverse con esa guitarra? Pero no, ese hombre sí que está sufriendo, y yo con él. ¡Vaya a consolarlo ya aguila!
suenen los tambores
suenen las campanas
suenen por la tarde
habrán mandado a pedirle a gabriel
En el pedirle a Gabriel se cae una lagrima. Siempre pasa. La piel de gallina, el frío por todo el cuerpo, también.
La continuación, cumple bien su rol de consolar un poco luego de semejante subidón. Te diré que te sentí llorar, ese hombre siempre estaba en todo aún cuando no lo estaba.
Almendra; tan complicado de describir lo que siento, lo normal. Varias lagrimas más. Es magia, es todas las palabras cliché que se usan para describir música juntas; cada chaqueo de la cuerda son oscilaciones que captan mis ojos cerrados.
Abrí los ojos y hay silencio, grillos, ahora un piano y guitarra. Luis.
aunque se pudra mi boca por callar
y es que esta es mi corteza
donde el hacha golpearádonde el río secará para callar.
Podría hacer esto con cada canción del álbum, pero lo veo innecesario porque la idea parece entenderse y yo mismo tengo que darme un descanso después de basta de pensar. Luis, luises, me cantan tan cerca de ahí que es necesario que pause el inicio de la aventura.., siempre pasa igual. Este es el punto donde descubro que tengo la garganta seca, me levanto, abro la heladera, agua, preparo mate, café, té, lo que sea que demore, así me da tiempo de descansar y terminar con esta belleza de álbum que nos regaló un señor que yo admiro mucho en general.
viernes, 26 de mayo de 2017
Qué pasa después de la medianoche: especial día de semana.
jueves, 18 de mayo de 2017
Vacío y sin maquillaje
mi piel sigue igual de suave
igual de débil
pero puedo confiar en la imagen que devuelve el reflejo
ese pibe maquillado que gusta de cosas buenas.
intentando ser gracioso cuando el fuego interior no se apaga
ser copado cuando el tobillo dice hasta acá
pseudo narciso intelectual entero
escribiendo en verso porque sí.
aunque ya no sepa diferenciar qué es maquillaje y qué yo mismo
si esto que ahora disfruto es por él o no
aún ahí,
mi maquillaje nunca logra llegar al interior del pecho.
Debería buscar uno mejor.
sábado, 6 de mayo de 2017
De bien adentro
seguramente nadie.
repudio todo
tu ser
tu sonrisa
la forma en que me mirás.
tanto es el enojo que ni siquiera logro discernir su procedencia.
y se me oprime el pecho
en los hombros sostengo un edificio
todo el cuerpo pide descanso
los ojos hacen presión
las manos caídas
el pensamiento hondo.
un dolor tan adentro por algo que ni se sabe qué es.
tan adentro que carcome cada maquillaje mío.
respetarme sería lo menos
y qué me importa tus canciones de radio si quiero poner jazz
de esos bien densos que decís que aburren
capaz me gusta lo aburrido y ya.
¿ese es el punto?
ya sé que no lo es
eso sí lo conozco
es más lo que no soy que lo que soy
el sentimiento bajo la fina capa de piel
ya saliendo de entre las costillas
será el corazón? espero que sean los pulmones
pincharse un pulmón para aliviar la presión en extremo menos riesgoso.
ya hasta me olvido de poner mayúsculas es cada ámbito de escritura.
jueves, 20 de abril de 2017
Tren de un solo lado
martes, 18 de abril de 2017
Subíndice
domingo, 19 de marzo de 2017
Hoy salgo.
pero igual siempre se le debe tener miedo.
Despierto y la pared cubierta de hormigas.
Despierto y ya amaneció.
Mate, mucho abrigo
pero las hormigas deben andar por ahí
No debería salir hoy.
Me caí.
El piso está frío y de un sobresalto me levanto
Mi perro no entiende la situación
yo menos.
Hoy saldré
Abrigo y paraguas,
aunque a la cuadra el viento me lo rompe,
el agua fría corre por el cuello.
La visión reducida,
siempre viviendo en lugares con niebla vos.
Siempre en lugares lluviosos,
siempre ha de hacer frío.
Me vuelvo a la casa
desilusionado.
Mi perro es el único contento,
las hormigas han de estarlo también.
El ojo, y la sangre.
Se abre un ascensor y de él caen miradas
El techo, muy liso, muy rojo, muy puro.
El piso alfombrado, esto ya lo he visto.
Doy vuelta la vista, mejor así.
Todo oscuro.
Verde, se forma un círculo verde
un agujero es, debo estar en el fondo.
Mosquitos.
Hoy salgo, hoy sí.
Le solté la correa al fiel compañero,
enderecé el paraguas,
le deje la casa a aquellas.
No quiero imaginarme las paredes hoy.
Cada día afuera veo menos.
lunes, 6 de marzo de 2017
Bolsa de pecho
da miedo
pero tus rulos tapan mi cuello
la piel con la piel
un nuevo mundo donde solo hay dos personas
no el Gucci frutal, o lo que sea que uses
el tuyo, el propio, sigue estando
te moves y tu pelo me hace cosquillas en el pecho
al menos siete puntos de mi cuerpo son alcanzados
es raro, me pregunto si siempre vamos a dormir así
si así lo fuera no podría soportarlo
tu piel igual de pálida iluminada por el alba
si le digo, ¿me llamará insensible?
obvio que dudo de tu sueño tan profundo
considero a mi pecho una almohada pobre
ahí está la caricia, sabía que dormitabas
dormí ahí en la cama de abajo si querés (dirá)
para qué hablé (por dentro)
¿todo hombre quiere una mujer en su pecho?
quisiera ahora preguntar a alguno su opinión
por naturaleza
aunque siempre lo pienso
pensarlo y no hacerlo
pasa que lo tengo encima ya
no dije de irme
conocerlo como hombre que sale con su hermana
si él es el ex de una prima mía
no es tu cabeza
diminuta
es el pecho
¿los pulmones cumplen el rol de bolsa de sentimientos?
sábado, 4 de marzo de 2017
viernes, 3 de marzo de 2017
Ahora no sé
Desayuné lo habitual, digamos, poco más de un café y un jugo, aunque les debo el orden. Antes de salir, me detuve a pensar en lo del día anterior y lo nuevo que venía, porque ya lo sabía con solo haber escuchado a esas imitadoras-de-las-amigables-aves-de-suburbio.
Es que todo esto pasó el día después de que se me piró Matilde y se me fue. Era la única que había visto en mi vida y ahora la perdía, ¡y tan bien que venía yo! Sí, ¿dónde iba a encontrar otra? Son mambos del destino, estoy seguro, o alguna cosa de esas a las que no le dedicamos el tiempo ni de prestar atención ni de atender a los que sí le prestan.
En todo caso, que me voy, se me había ido Matilde y esa misma noche tocaba en un bar de por ahí, ya saben, la moonlight sonata moderna, esas cosas de bar de amigos y anónimos, para los mismos de siempre cada velada. El tema era que, ¿a quién le iba a tocar ahora? ¿a quién cantaría? Si era mi Matilde la que prendía y apagaba el sol, la que me hizo ganar la lotería gigante y me dio la guita de la verdad, la que me presentó los sonetos de Borges que luego mezclé, ella susurraba las letras, las notas. En fin, la noche fue larga y solo gracias al alcohol y a esos que vienen siempre —a algunos los conozco, a otros aún no— pude terminar/pasar por ese tormento de tocar habiendo pirado Matilde horas antes.
Poco más de diez minutos estuve pensando en ello, porque al mirar el reloj ya eran pasadas las ocho. No tenía ya tiempo para escuchar el típico disco habitual pre salir a la calle, o al menos no uno largo, así que dejé sonando los siguientes treinta minutos a Jorge Drexler en un Eco² que yo lo escuché cual cúbico. No pude terminarlo. Al principio no le presté demasiada atención, pero después me di cuenta del cambio y no aguanté: ese imitador enajenado de Drexler que salía por los parlantes me era insoportable.
Así, me abalancé rápidamente hacia el mundo exterior, la calle. Al salir noté que ya no vivía más en el continente, sino que me encontraba en un islote. Bueno, en verdad es que toda la ciudad formaba un delta enfermizamente simétrico. Aún más extraña era el agua en su semejanza al asfalto, lo que me hizo dudar en un primer momento si verdaderamente no era asfalto, pero comprobé que no al inspeccionar un poco mejor. Levanté la cabeza y por la esquina vi pasar como una especia de roedor gigante, bastante cuadrado y sin cola, con personas dentro de su estómago —que era visible por aperturas en su laterales, qué maravilloso animal— y un "501" en la frente, por que lo que decidí ir caminando esta vez. Me resultó muy curioso cómo se puede caminar por el agua-que-parece-asfalto-pero-no-lo-es sin hundirse ni caerse, solo es cuestión de equilibrio y evitar el oleaje estático que emerge cada tanto. De esta forma es que no tuve inconveniente alguno al pasar de islote en islote hasta llegar a esa gran porción de tierra firme donde antes solía tomarme el tren.
Allí noté algo que me sorprendió: la gente se estaba subiendo a una especie de gran lombriz segmentada de superficie. Al principio tuve mis miedos, pero al ver pasar unos cuantos y comprobar que su aparato digestivo era deficiente —también con aperturas en sus laterales, debe tener un parentesco con el roedor gigante— y que la gente ingerida no mostraba signos de descomposición o afección alguna, decidí dejar que aquella rara criatura me tragara. Dentro, las víctimas actuaban como si nada hubiera pasado. El estómago contenía pequeñas protuberancias donde algunas se sentaban, otras debían contentarse con mantener el equilibrio de pie, y digo esto porque la gran-lombriz-de-superficie-traga-hombres iba a gran velocidad y mantenerse dentro de su estómago sin caerse era bastante complicado.
Le pregunté a un compañero en la desgracia y me dijo que la gran lombriz tenía como una especie de madriguera en Constitución, y que, gracias a su deficiente metabolismo, escapar allí de su sistema digestivo era fácil. Así que me tomé los siguientes cuarenta minutos para continuar reflexionando sobre lo ocurrido el día anterior.
Matilde se me apareció un día tranquilo de enero, allá por la bella edad de once años. Al principio no la entendí y siquiera le podía dar forma, moldearla. Con el tiempo aprendí a aprovecharla de la manera correcta y todo empezó a andar mucho mejor; pude moldearla, incluso bautizarla. La denoté hasta el más mínimo detalle. No me malentiendan: aunque entre nosotros existía una gran relación, esta tenía un carácter completamente afectivo; si bien creo que ella quería dar algún paso más, mi accionar siempre fabricó una barrera que enmarcó esta especie de relación abierta amorosa-asexual. Ella no se mostraba celosa frente a mis parejas y yo, pese a que nunca me había hablado de nadie más, no tenía inconvenientes en que anduviera con alguien.
Matilde era una mujer de mi edad, aunque a veces parecía algo mayor. Pelo teñido negro hasta los hombros, ojos oscuros, así de pinta medio normal. La mayoría de veces andaba con un sweater tipo abuela, incluso en verano, y una pollera con pequeños cohetes. De altura promedio, digamos, metro sesenta y algo, un poco menos que yo. De piernas cortas, gruesas, que desembocaban en pequeñísimos pies sin mucho arco; las rodillas y codos pasaban desapercibidos, no sobresalían, formando sus extremidades al flexionarse una curva perfecta. Era caucásica (demasiado pálida diría), con algunas pecas; nariz y labios diminutos, y pocas veces llevaba estos últimos pintados. Estaba pensando en sus uñas siempre pintadas (bien de rojo o bien verde agua) cuando la gran-lombriz-de-superficie-traga-hombres llegó a constitución.
La gente, cual hormigas desesperadas, me fue guiando con su andar hacía donde antes yo tomaba la línea C. Bajé la escalera y me dirigí al andén, esperé como el resto la llegada del subte, pero mucho fue mi sobresalto cuando en su lugar apareció otra gran lombriz, pero en su medio natural, bajo tierra. Esta nueva gran-lombriz-de-subsuelo-traga-hombres se había alimentado aún mejor, era algo terrorífico: ¡hombres y mujeres apretados, buscando lugar en su estómago, incapaces de moverse los del centro, un espectáculo horrible!
"¡Matilde ya no está!" le dije al primero que se me cruzó y se dejó llevar por la gigante bestia. Ninguno de mis gritos ayudó a detener a las suicidas hormigas que me arrastraban dentro; la boca lateral por la que fui ingerido se cerró, por lo que quedé dentro de su tracto digestivo —en estas bestias, el sistema boca-laringe-esófago-estómago se desarrolla en espacio menor a medio metro, insignificante teniendo en cuenta el tamaño de semejante criatura, muy curioso— rodeado de estúpidas hormigas.
La diferencia más notable entra la gran-lombriz-de-superficie-traga-hombres y la gran-lombriz-de-subsuelo-traga-hormigas radica principalmente en el hábitat donde desarrollan su voraz actividad, ya que dentro son muy similares, por lo que se podría decir que son parientes con un antepasado común muy cercano.
Pensé en Matilde apagando y prendiendo el sol a su antojo, quizás podría llegar a volver, andá a saber. Sus ojos negros resonaban en mi mente. Quizás ya otros se habían dado cuenta de que me faltaba mi Matilde; bueno, quizás no, porque después pasé por varios extraños lugares de los que ella me había hablado.
Al salir del tracto de la bestia, llevado otra vez por las estúpidas hormigas, me percaté de que nunca la iba a volver a ver por acá. Me servía de atadura, supongo, cable a tierra, esas analogías que gustan, pensaba mientras me dejaba tragar, resignado, por un gran roedor con el estampado "60" en su frente. Una atadura, perdida ahora, me dejó en un mundo que no sé.