ayer planté un árbol en mi casa
tomé la pala, cavé
aproximadamente un sexto de mi tumba
mientras pensaba en plantar otros
le agregué tierra
tierra que compré
porque es mejor que la mía
eso dice la bolsa
hoy lo regué
cayeron delicadas gotas
por sus pequeñas espinas
que crecerán fuertes
mi árbol nunca será verde
ni tampoco frondoso
como el de mi vecino
ombú fuerte y bello
él se irá secando
tornándose gris anempático
receloso ya desde su pose
que invita a no acercarse
ayer planté un árbol
en la puerta de mi casa.
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