domingo, 19 de marzo de 2017

Hoy salgo.

Ahora nado en aguas poco transitadas,
y el alma tiembla en desconocimiento.
Busco acaso otro noble empeño, inútil,
las indomables aguas son las que quiero.

El frío me persigue, protege, me acomoda
pero igual siempre se le debe tener miedo.
Un mosquito.
Despierto y la pared cubierta de hormigas.
Despierto y ya amaneció.

Frío, no tengo frazadas, el deber llama a levantarse
Mate, mucho abrigo
pero las hormigas deben andar por ahí
No debería salir hoy.




La llama de un fuego adentro, quema,
evapora el agua que tocó, que anhelo.
Me caí.
El piso está frío y de un sobresalto me levanto
Mi perro no entiende la situación
yo menos.

Hoy saldré
Abrigo y paraguas,
aunque a la cuadra el viento me lo rompe,
el agua fría corre por el cuello.

La visión reducida, 
siempre viviendo en lugares con niebla vos.
Siempre en lugares lluviosos,
siempre ha de hacer frío.

Me vuelvo a la casa
desilusionado.
Mi perro es el único contento,
las hormigas han de estarlo también.



El ojo, y la sangre.
Se abre un ascensor y de él caen miradas
El techo, muy liso, muy rojo, muy puro.
El piso alfombrado, esto ya lo he visto.

Doy vuelta la vista, mejor así.
Todo oscuro.
Verde, se forma un círculo verde
un agujero es, debo estar en el fondo.
Mosquitos.

Hoy salgo, hoy sí.
Le solté la correa al fiel compañero,
enderecé el paraguas,
le deje la casa a aquellas.

No quiero imaginarme las paredes hoy.
Cada día afuera veo menos.

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