martes, 13 de enero de 2015

Contrariemos (involución)

Hoy —y perdón Cortázar— hablemos de mí mismo. Ey, es que realmente me leo y no me entiendo; seguro que mi yo de 13-14 años se burlaría de mí (hasta omití una mala palabra que sale desde el fondo de mi ser). Sé que pienso mucho más, sé que no puedo expresarme completamente, sea de manera escrita o cara a cara; sé que estoy destinado a desaparecer y al olvido. Ahí viene lo curioso, ya que no me aterra ni desagrada. Y sí, justo ahora no tengo la menor idea de lo que poner acá, y me encanta. Fin.





"Hay nuevos elefantes jimmy!" dijo su padre. Él ya lo sabía, pero dejó escapar toda su felicidad guardada. Nuevos elefantes! Ahora sí sería una persona. Ya estaban las chances en la mesa; esta, marcada de dedos, quemada de un lado y con algunos clavos salidos, sostenía la mayor carga metafísica que alguna vez llevaría. Era la realidad.
Diez años después el circo no perdonó ni a él ni a sus zapatos rozados. Luego de otros tantos años, la realidad también se lo llevó, realmente. Glorioso funeral, como pocos.

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