Quizás cuando algún día nos encontremos divagando en súbitos vuelos, o en la nada eterna —creo que es lo más probable, aunque sigo sin perder esperanza, como todo humano—, sepa explayarme correctamente con vos, disculparme por los silencios a los que te sometí y serás sometida. Porque así soy yo, quisiera mantener una convicción firme, que divagues por mentes ajenas, pero no, soy cerrado para con vos; quizás cuando te perfeccione a un punto inhumano —la verdadera meta— te deje libre, pero igual me tendré que disculpar por todos estos males que cometí contra vos. Quizás seas grande, verdaderamente grande.
Cuantos quizás que hay en está vida, en mí vida. Pero mi teoría del resbalismo discérnico entra en incoherencia y demás terrenos que conozco y no conozco a la vez, así que dejemos que caiga por su propio peso.
Lo sos todo en mí, eternamente agradecido de vos voy a estar.
Atte. el puede mover estos dedos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario