lunes, 2 de febrero de 2015

La tercera vuelta

No leer; después servirá para algún relato largo todo esto.

Sí, otra vez. Pero ahora pude escuchar tu voz; algo tímida y apagada. Otra vez en silencio una vez me viste; otra vez yo volando; otra vez tu hermoso andar, tus brazos pegados al cuerpo; otra vez vos.

Súbitamente me di cuenta que sos la primera mujer con la que podría estar tranquilo, con la que hacer un todo, la que me curaría; mi salvación.

Hoy llueve, lo cual me parece lo más indicado. El día apega una nueva matilde. Los acordes están, faltas vos.

Mañana tengo miedo, mañana dudo de mí; mañana se viene durante meses, mañana es eterno; y, si no la vuelvo a ver? Qué pasaría si esto es solo una voz y una ayuda para lo que yo más amo, la música? Well, en todo caso te amo. En todo caso serás la primera (felicidad) o la única (yo) mujer de mi vida.

Hablabas, me viste y callaste; seguimos otra vez con la misma situación. Pero las miradas ya eran de sorpresa y de decaimiento de realidad, si se puede expresara así.

Hace días que no sueño, hace días que dejé al amor que me había invadido (bueno, solo es una postergación), hace días que ya dejé de creer en mí. Incapaz de todo, solo vividor de la nada. No me gusta el sonido de mi voz.

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