martes, 3 de febrero de 2015

Sucesos de liberación parte 1

Industria de otra cosa

Sí, el primer día sin una encrucijada de miradas, y esto es solo por las condiciones climáticas. Ay, carajo, es que me invade el odio! Sí, Artl.
Cómo me van a hacer esto? Imploro tu presencia, pero hoy solo vivís en mis sueños, en mi mente. Me invade el miedo de que te vayas, de que quedemos sin dirigirnos la palabra. Aunque esto puede ser lo mejor; sé que años después, todo volverá distinto; sé que no sale palabra alguna de tu bella boca por las mismas razones que las mías.
El hombre, inquebrantable en todo lo que quiere ser, 
mas cuando se trata de amor, muere solo y atravesado. 
Siempre soportando! Siempre esperando querer, 
en busca de la felicidad, soleado y muerto, quedamos.
Escribo por la sed que tiene mi piel. Escribo más por necesidad que por expresar algo. Si es que odio a ese tal con mi nombre.
-un escritor de pueblo.




Cerámicas e industrias 

A las doce y media de la noche no se puede trabajar. Una verdadera injusticia para Carlitos Aquino; cómo iban a poder sacar mejores ganancias si no labura nadie? Vagos, él ya tiene mucho con pagarles. Pobre, Aquino ya esta imaginando los reproches de su padre, ya que fue este quien dirigió la compañía en sus mejores tiempos. Bueno, tampoco hay que desmerecer el trabajo del abuelo, que la fundó; al hacerlo tuvo que privarse de algunas cosas, pero por suerte todo fue bien, y en poco tiempo. La compañía es más grande que nunca y sí, los números son otros, pero así también los porcentajes de ganancias.
Bien, Roberto Marino esta disfrutando de la cena familiar. Su mujer le preparó ricos tallarines, favoritos genéticamente por su ascendencia italiana. Molestan las moscas, la comida no atrajo solo al grupo familiar.
Los Marino (él, ella y sus tres hijos pequeños) tienen una situación económica delicada, al parecer el laburo que tiene Roberto en la fábrica de cerámicas no alcanza. Ojo, esto lo digo yo, pero es que se respira en el ambiente de la casa. Esperen! Marino vio, en su canal de noticias favorito, que Aquino quiere contratar más empleados y que esto, como dijo el periodista en una conjetura de lo más banal y barata, se iba a traducir en ningún aumento de sueldo este año. Ahí Roberto dijo basta, solo tuvo que llamar a su amigo y compañero, Ricardo Fuentes, para idear todo lo que sucedería.
Al otro día, la mañana en la fábrica se despertó en huelga. Hubo reunión, Carlitos admitió que iba a tomar más gente pero negó rotundamente que no iba a haber aumento por un año, incluso dijo que quería más aumentos para que produzcan más, que eso era lo que necesitaba él, aumentos para subir los niveles. Ricardo citó al periodista y utilizó algunos de los argumentos de este último.
Hubo una acalorada discusión. Ricardo empujó, Carlitos dijo que lo iba a despedir inmediatamente, como si fuera un peón de ajedrez; un cuchillo guardado en los pantalones gastados de Ricardo entró en escena, pero se vio opacado por un disparo cobarde y un golpe seco contra el suelo.
Un periodista con una conjetura barata inició una huelga general que le hizo perder mucho dinero a Carlitos, el estaba muy agotado, no saben; una total lástima que los obreros escucharan todo y tomaran justicia por mano propia, después de cinco disparos escuchados, Aquino ya calló.
Bueno, la empresa pasó a su hijo. En cuanto a los obreros, disfrutaron de vacaciones pagas por quince días.
Finales como pocos.

-satírico, dijo el autor.

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