domingo, 1 de febrero de 2015

La segunda vuelta

El lugar para el enamorado de todo. Ella suave con su pelo raramente corto; las miradas cómplices ya dicen el resto. Sí, ambos en el otro, en la nada y en el todo. Ambos saben lo que haría el prójimo, por ende no hacen nada. Ambos enamorados del vacío y el todo.

Pasan cuadras y cuadras, disfrutando el momento. Llegué a la conclusión de que su manera de andar es la más bella que he visto. Andaba pensando en gritar mi número a los vientos, pero la nada es el todo, y me tuve que ir.

Sé lo que pensabas y vos —usted—, sabías lo que pensaba. Sí, perdón, pero por mi estatura odio la altura agregada. Sí, perdón, pero la deseo. Pero si vos —usted— empezaste!

Ay lindura suprema, ay belleza sublime, ay reina del andar, volando me dejaste. Solo pido a los dioses que me dejen verte andar una vez más; volverte a ver caminar, entre tanta gente.

Pero en el fondo, creo en algo. La primera vez que te divisé, me di cuenta; en algún lado, entre 40 millones de almas, nos reencontraremos. Por favor no camines mucho, la suma de problemas óseos y ojotas, no hace bien en mí. De más está decir que valió la pena.

Esperaste mi accionar, yo el tuyo. Sí, sos el amor de mi vida, mi salvación entre tantos murmullos.


, está de un móvil. Desde ya, perdón.

-el hombre de los perdones infinitos.

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