jueves, 5 de febrero de 2015

No: negación y el otro yo.

Bueno querida, no, no la encontré esta noche. Y, sí, tengo miedo de que te hayas ido, tengo miedo de pasen demasiados años para mí hasta llegar al reencuentro prometido. Qué pesares! Qué vacío del alma!

Ni siquiera puedo embriagar mi alma, hoy parece dispuesta a soportar todo. Siquiera puedo alegrar a mi espíritu con promesas musicales que aman lo que hacen; nada sirve.

Te amo más que nunca pero no quiero hacer nada, no quiero mover un dedo. Habré nacido para sufrir? Cómo sé que estoy vivo? Esa es mi duda máxima, solo pienso para asegurarme de mi existencia.

Soy grande, voy a ser aún más grande en el futuro. Soy un dios oculto, soy el que soporta el peso de la humanidad. Seré el que más ha pensado sobre estas nuevas tierras, aunque pareciera que ustedes ya las conocen.

Soy solo pensamiento, soy solo mis neuronas. A vos te amo, y, no, no te vayas por favor. Quiero vivir un poco. Dame una mirada más, dame el regalo de la eterna visión de tu andar.

-el señor que siempre pensó demasiado, ahora llamado Enrique III de los campos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario